Nos preguntamos muchas veces por qué es importante y necesario que eduquemos a los niños y jóvenes a través de los valores. Educarlos para que aprendan a dar valor a algunas conductas y comportamientos les ayudará a convivir de mejor manera y a sentirse bien en el ambiente en que se encuentren.
Vivimos en una época sedienta de paz, compromiso, convivencia social, igualdad social y donde a diario escuchamos decir que hay crisis social, crisis de valores. Ante esta contingencia, la educación es el protagonista central para formar en todos los ámbitos y niveles educativos sobre: educación en valores, formación personal, formación ética y otros temas vinculantes. 
Pero realmente, ¿De qué hablamos cuando decimos educación en valores? Al respecto, podemos definir educación en valores como “un replanteamiento cuya finalidad es humanizar la educación”. Igualmente se puede enfatizar que “una educación en valores” es necesaria para ayudarnos a ser mejores personas en lo individual y mejores integrantes en los espacios sociales en los que nos desarrollamos”.
Hay que comprender que los valores no se enseñan solos, es decir; enfocarse en forma independiente es el error cometido en muchas veces, porque no podemos dividir al ser humano en nada unidireccional y mucho menos individual. En razón de lo cual se concluye que el rol del educador es conducir al aprendiz a desarrollar sus potencialidades bajo una dimensión moral y ética, en el marco de su realidad social y ayudarlo a interpretarla e internalizarla para que asuma la responsabilidad de sus actos y participe activamente en su vida comunitaria.
El educador es un sujeto que junto a otros construye por medio de su acción un proyecto educativo de una sociedad. En tal sentido, la responsabilidad que tienen los educadores en la transmisión de los valores es crucial. Pero lo más importante es que los chicos son como esponjas desde que tienen uso de razón y se retroalimentan de su entorno ya sea familia, escuela o amigos, convirtiendo así la enseñanza de valores en un proceso completamente interactivo.
“La transmisión de valores sin duda comienza en el hogar y continua reafirmándose toda la vida”
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